Newell's volvió a carecer este lunes de fuego en ofensiva y empató sin goles en su visita a Platense, por la 11ª del grupo B de la Copa de la Liga, que por ahora tiene a la Lepra fuera de la zona de clasificación a la segunda ronda.

Era un duelo ante un rival directo en la puja por meterse en cuartos de final, donde el Calamar ocupa ese último pasaje, con el Rojinegro a un punto, aunque con el objetivo latente de ingresar también en la Copa Sudamericana, aunque con una sola unidad cosechada en las últimas dos presentaciones para los de Gabriel Heinze.

El elenco leproso apostó, al comienzo, a plantarse lo más firme posible en el campo; y al recuperar, salir rápido de contra, sobre todo por la izquierda con Brian Aguirre, pero sin llegar a lastimar.

Tampoco lo hacía demasiado cuando podía atacar con más dominio y paciencia, ya que tocaba bien de a ratos, pero recaía en las pausas de Aguirre o los centros a Jorge Recalde que nunca le llegaron limpios. Y atrás renegaba de los envíos largos del equipo local, que lleva seis partidos invictos y le escapa al descenso.

Recién a los 26 llegó un pelotazo largo para la corrida de Panchito González, que habilitado controló bien y tiró, pero al cuerpo de un Ramiro Macagno que la rechazó con buena reacción. Y diez minutos más tarde hubo otro tiro al arco, de Guillermo Ortiz, pero fue tras un corner, forzado y sin peligro.

MACAGNO SALVÓ AL CALAMAR 

Panchito González recortó en el área y definió pero el arquero de Platense tuvo una gran respuesta#LPFxTNTSports pic.twitter.com/hKzfxZIo6k

— TNT Sports Argentina (@TNTSportsAR) October 31, 2023

El complemento arrancó agitado, con Platense más decidido y punzante pero el Rojinegro también dispuesto a contestar, con Recalde como faro. De hecho, un cabezazo del paraguayo fue la más clara de la visita en ese tramo donde los dos pudieron haber abierto el marcador.

Con el correr de los minutos, el juego perdió intensidad, pero los dos se guardaban lo mejor para el final: una ráfaga rojinegra con dos llegadas le pudo haber dado una victoria clave pero faltó precisión, y en la respuesta del local también pudo haber llegado el gol que finalmente nadie gritó.

Como apostilla sobre la recta final del partido, Aguirre frenó en una corrida, se tomó con cara de dolor la cara posterior del muslo izquierdo y pidió inmediatamente el cambio, generando preocupación de cara a lo que viene.