En los dos partidos que le restan, Central está con unos cuantos objetivos sobre la mesa para que el final del primer semestre lo encuentre aliado a un balance positivo. Entre ellos está el terminar en zona de clasificación a copas internacionales, también intentar sumar en este torneo los mismos puntos que el equipo logró en todo 2022. Pero en el último encuentro en el Gigante de Arroyito este equipo de Russo deberá defender esa localía que hasta aquí lo tiene como uno de los mejores equipos del fútbol argentino en dicha condición (está segundo, detrás del millonario, con casi un 80 por ciento de efectividad). Y la prueba de fuego será mayúscula por el simple hecho de que el que vendrá a Rosario no será cualquier equipo, sino que se trata del campeón: River. Un examen complejo, con un grado de dificultad altísimo, pero seguramente para el cuerpo técnico y los jugadores por demás de motivador.

Pase lo que pase el domingo en el Gigante, no cambiará demasiado el análisis de lo que fue la performance de Central a lo largo del torneo jugando en su estadio, donde ganó 9 de los 13 partidos que disputó (los otros 4 fueron empates). Puede que la calificación final decaiga del “excelente” al “muy bueno”, porque si hay algo que hoy está claro es que el andar del canalla en condición de local fue el gran sustento de la campaña.

River viene de coronarse campeón en la fecha pasada y en la Liga Profesional estrenará el título frente al Central de Russo.

La visita del campeón es algo que no debe tomarse como anecdótico ni tiene que pasar inadvertido, amén del equipo que Martín Demichelis ponga en cancha, ya que además de los festejos por la obtención del título este jueves jugó contra Talleres por Copa Argentina. Es que la calidad de futbolistas que tiene el millonario es para exigir a cualquier rival, independientemente de quiénes sean los elegidos por el entrenador.

Por eso tanto Russo como sus futbolistas saben que no se tratará de un partido más, sino que será especial, justamente por la categoría del rival. Es cierto, Central ya pasó por situaciones similares, pero posiblemente no de la envergadura de este desafío.

Se recuerda, por ejemplo, que el canalla ya recibió en el Gigante a Boca, que en ese momento llegaba con demasiados problemas desde lo futbolístico; a Independiente (lo agarró en un flaco presente) y a Defensa y Justicia, hoy por hoy uno de los rivales más complejos. El xeneize se lo empató en la última bola de partido, mientras que al rojo le ganó, al igual que al halcón, con la salvedad de que en esa ocasión lo arrancó perdiendo y logró torcer el resultado.

Central ya recibió a Boca en el Gigante e hizo un gran partido. El xeneize de lo empató en la última bola. Virginia Benedetto / La Capital

Pero en líneas generales la fortaleza de este Central versión 2023 siempre fue notoria, más allá de algunos partidos muy puntuales en los que desde lo futbolístico por momentos se vio superado. Rápidamente viene a la mente aquel debut ante Argentinos Juniors, también en el choque ante Unión, dos de los encuentros en los que más allá del invicto el equipo no la pasó del todo bien.

Incluso tuvo, entre otras virtudes, la sabiduría y la capacidad futbolística de reponerse cuando arrancó en desventaja. A veces le alcanzó sólo para el empate (como ante Unión y Colón) y otras para darlo vuelta (Arsenal y Defensa y Justicia). Esto también formó parte de este buen andar en el Gigante.

Pero quizá lo más importante sea el hecho de haber despertado en el hincha un sentimiento que hacía tiempo no sobrevolaba Arroyito y tiene que ver con el hecho de que los simpatizantes parten hacia el estadio con la sensación de que rival tendrá que hacer méritos suficientes para llevarse los tres puntos. Esto es, durante gran parte del torneo los hinchas fueron a la cancha convencidos de que Central no iba a perder.

Ante Defensa y Justicia, Central lo arrancó perdiendo, pero pudo darlo vuelta y se quedó con el triunfo. Leonardo Vincenti / La Capital

Pero llegó la última función en el Gigante, donde el equipo de alguna manera deberá refrendar todo lo bueno que hizo durante el semestre, con la salvedad de que ese desafío será frente al mejor examinador que puede haber hoy en el fútbol argentino. Es el River campeón de Demichelis y todas sus figuras los que se pararán frente al canalla para ponerle la nota final. Hasta aquí Russo y sus jugadores saben que tienen ya el aprobado bajo el brazo, pero irán por algún puntito más. En el último partido en Arroyito y después de una gran campaña de local, Central está parado frente a la prueba más exigente ante su gente, la más gigante.