En el cierre de la fecha 16 de la Liga Profesional, Rosario Central empató 0-0 frente a Vélez en el estadio José Amalfitani este lunes por la noche. El equipo de Miguel Russo sintió las ausencias de Montoya, Ortiz y Véliz, y quedó lejos de los tres puntos que le hubieran permitido recortar distancias con el puntero River. Al Canalla le faltó animarse un poco más ante un rival que llegaba en crisis, aunque salió ileso de una cancha difícil.

Russo decidió volver a la línea de cinco en el fondo para la excursión canalla por Liniers, con la idea de sumar músculo en la defensa y coparle el medio al Fortín, que llegaba en plena crisis y con siete fechas sin triunfos, pero también con la misión de maquillar las ausencias de tres habituales titulares como Montoya, Ortiz y Véliz.

El conjunto canalla tardó algunos minutos en acomodarse en la cancha y luego se apoderó de la pelota y la geografía. Intentó imponer condiciones con los encuentros entre Malcorra y Campaz en tres cuartos, y con las trepadas de Martínez y Rodríguez por las bandas, pero le costó ser profundo. Esa falencia lo iba a perseguir durante los 90 minutos.

Si bien fue paciente y evitó rifar la posesión con envíos largos, pese a que Vélez, con muchos juveniles, le cerró con oficio y tenacidad los caminos, rasgos que en determinados momentos pueden leerse perfectamente como virtudes, esa tranquilidad se convirtió en parsimonia y monotonía, dentro de un formato de partido bastante chato, trabado y parejo, en el que no hubo un dominio demasiado definido.

La dupla Mac Allister-Toledo en el doble cinco empezó bien, pero se desdibujó y terminó perdiendo el medio con la intensidad de los de Gareca. Y sin ganar en esa zona, al equipo se le abrieron muchos interrogantes sobre cómo llegar a lastimar al rival, que no logró desanudar. Sin embargo, a quien más extrañó fue a su goleador, porque Candia estuvo muy por debajo de lo que ofrece el pibe de la sub 20.

Algunos chispazos de Prestianni amagaron con complicarle la noche al Canalla y lo mismo sucedió con un par de arranques del Bicho Campaz a favor de los auriazules, pero todo fue demasiado poco para romper el molde y quebrar el cero en el Amalfitani. El partido nunca se terminó de armar.

En este contexto, Central, que llegaba como animador del torneo, quedó expuesto con sus deudas futbolísticas. Las falencias del equipo de Russo estuvieron en la generación y creación de juego. Fue poco lo que ofreció si se tiene en cuenta su posición en la tabla y que tenía la chance de aprovechar la caída del puntero River para descontarle puntos y quedar a ocho.

Recién a los 16 minutos del segundo tiempo –todo un síntoma– tuvo una chance clara para convertir, con un remate de media distancia de Malcorra que se desvió en un defensor y fue salvado por el arquero Gómez.

Vélez respondió en la jugada siguiente con un cabezazo que pasó cerca del arco de Broun, y fue de los dos el que, sin sobrarle nada, estuvo un poco más cerca de ganarlo. Al final, Martínez se fue expulsado por doble amarilla tras una dura entrada a Prestianni.

Para Central, la igualdad ante Vélez le impidió acercarse al Millonario y superar a Defensa y Estudiantes, que se habían enfrentado y dejaron puntos en el camino, y también le marcó un retroceso en el rendimiento y la producción futbolística, después de haberse floreado en la fecha pasada contra Platense en Rosario. Aunque la ausencia de tres habituales titulares y haber sumado en una cancha que le suele ser esquiva, también puede verse con buenos ojos en el análisis de una buena temporada auriazul.