El joven Sebastián Puñet asumió un desafío extremo, siempre con entrega, trabajo y dedicación. Unión se mostró competitivo y permaneció en la Liga Nacional de Básquet, a pesar de ganar 8 de los 38 partidos que jugó en la fase regular.

“Fue gratificante haber conseguido el objetivo, con un sabor agridulce de hacer un gran juego frente a Riachuelo, pero no rematarlo”, apuntó de movida.

Para luego, disparar: “Venía de dos procesos y noté que había varios chicos por debajo de su rendimiento, traté de que todos se sientan comprometidos por la causa para ganarle a San Lorenzo”.

En otro tramo de la charla, quien fuera asistente en el inicio de la temporada, soslayó: “Uno vino como primer asistente busca aprender en su rol, aprendiendo de entrenadores, aprendí con Juanfra (Ponce) y Gabriel (Piccato). Siempre estuve ocupado en el objetivo, dando lo mejor para el equipo”.

Antes de su despedida, el orientador santafesino enfatizó: “Ahora es barajar y dar de nuevo, lo que se hizo mal, salir tarde al mercado por elecciones, un presupuesto que no estaba. Ahora que sabemos que está la plaza, después las decisiones son de los dirigentes”.