Cientos de mujeres con "chalecos amarillos" se reunieron por primera vez en varias ciudades francesas, tras la octava cita de la violenta protesta social, para expresar todo su malestar por la política del gobierno pero subrayando el carácter pacífico de su iniciativa. Muchas mujeres llevaban el gorro frigio en la cabeza, y casi todas empuñaban globos amarillos.

En la Bastilla atravesaron la plaza deteniendo el tránsito y cantando la Marsellesa a los pies de la Opera de la Bastilla. Luego fueron hacia la Place de la Republique, como indicaba la página de Facebook de la "mujeres chalecos amarillos". En Tolouse, sur del país, unas 300 manifestantes desfilaron con el cartelón "precarias, discriminadas, enojadas, mujeres en primera línea". Y cantaban "Macron estás terminado, las chicas están en la plaza". Otra manifestación pacífica se produjo en Normandía, en Caen.

Sin embargo, la violencia marcó el tono también en las últimas demostraciones de los chalecos amarillos, al punto que el personaje del momento es Christophe Dettinger, excampeón de boxeo mediopesado de Francia entre 2007 y 2008 y de gran contextura física de 90 kilos de músculos y 37 años de edad.

Dettinger fue visto golpeando con dureza a mano limpia y luego a patadas a varios policías uniformados ayer cerca del Sena como puede constatarse en videos. El púgil fue denunciado pero todavía no fue encontrado, pese a que su entrenador de los suburbios de París lo instó a que se presente ante las autoridades.

Por el momento la Federación de Boxeo lo desvinculó y el ministro del Interior, Christophe Castaner, anunció que deberá "rendir cuentas por este ataque vil e intolerable". La exasperación incrementa la violencia, otro video muestra a un policía que, en Tolón, fue captado mientras golpeaba a varios manifestantes, inmovilizándolos de espaldas contra un muro. El policía se mostraba particularmente ensañado contra uno de ellos, que según la investigación interna, había estado dañando automóviles con el cuello de una botella rota.

Por todo esto las marchas femeninas de hoy intentaron dar una imagen distinta de las protestas callejeras, con miles de mujeres que se limitaron a gritar contra la precariedad de la vida y las políticas del gobierno que no las dejan llegar a fin de mes. "No es una manifestación feminista sino una protesta femenina", advirtieron algunas de las asistentes, al tiempo que entonaban consignas contra el presidente Emmanuel Macron.

El tema dominante es la violencia y el diálogo propiciado por Macron con su "debate nacional" sobre las grandes prioridades del país parece tener menos partidarios cada día. El debate debería comenzar el 15 de enero, pero la idea parece perder terreno incluso dentro del partido mayoritario, el castigado oficialismo de La República en Marcha.

En tanto el nivel de consenso popular para los "chalecos amarillos" en las encuestas también bajó desde una aprobación entre el 70% y el 80% hace algunas semanas, hasta solamente el 55% que apoya que el movimiento prosiga con sus manifestaciones públicas semanales.