Sociedad 29.10.2018
El saludo de Francisco a los pueblos peruano y venezolano
El Papa se refirió a Perú, Venezuela y un especial mensaje a los jóvenes.
Fuente: elintransigente
Al término del Angelus en la Plaza San Pedro, el papa Francisco recordó que "se celebra la fiesta del Señor de los Milagros, muy querida en Lima y en todo Perú". "Dirijo un grato pensamiento al pueblo peruano y a la comunidad peruana de Roma", dijo.
"El domingo pasado estaban aquí con el ícono del Señor de los Milagros y yo no me di cuenta", sostuvo y dirigió a los presentes "tantos augurios en el día de la fiesta". Y agregó: "Saludo con afecto a la comunidad venezolana en Italia, aquí reunida con la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá, la Chinita".
A los jóvenes
Celebrando solemnemente en San Pedro el cierre del Sínodo de los Obispos, el papa Francisco pidió perdón a los jóvenes, a quienes estaba dedicada la asamblea, por no haberlos escuchado en el seno de la Iglesia. Y los padres sinodales, en una carta, pidieron a los jóvenes no dejarse desalentar por las "debilidades" y los "pecados" de los religiosos: una implícita y evidente referencia a los escándalos de abusos sexuales del clero y de las relativas complicidades por parte de los exponentes de las jerarquías eclesiásticas.
"Quisiera decirle a los jóvenes, en nombre de todos nosotros adultos: perdónennos si a menudo no los hemos escuchado; sí, en vez de abrirles el corazón, les hemos llenado las orejas", dijo el papa en la misa concelebrada con los obispos del Sínodo.
"Como Iglesia de Jesús -afirmó- deseamos escucharlos con amor, seguros de dos cosas: que su vida es preciosa para Dios porque Dios es joven y ama a los jóvenes; y que su vida es preciosa también para nosotros, tan necesaria para ir hacia adelante".
Francisco mencionó "tres pasos fundamentales" para "ayudar el camino de la fe": "El primero es escuchar". "Es el apostolado de la oreja: escuchar antes de hablar", observó. "Cuán importante para nosotros es escuchar la vida", prosiguió. El segundo paso, según el Papa, es "hacerse próximo. La fe pasa por la vida, dijo y cuando "se concentra puramente sobre las formulaciones doctrinales corre el riesgo de hablar solo con la cabeza, sin tocar el corazón".