Si algo caracterizaba a Leonardo Madelón era su previsibilidad a la hora de definir un esquema táctico y a los protagonistas que lo iban a ejecutar. Por ello, en la previa a los partidos no había sorpresas y de antemano se sabía que Unión jugaría con un 4-4-2 y con 11 futbolistas que salían de memoria.

Además no variaba en función del rival ni tampoco del estadio en donde el equipo jugaba. Por lo cual la formación era la misma si visitaba a Boca en la Bombonera o si recibía a Olimpo en el 15 de Abril.

La única manera de cambiar, era por obligación, ya sea suspensiones o lesiones. Y en alguna oportunidad un cambio táctico que incluía peón por peón, es decir si salía un volante ingresaba otro de similares características.

 

Sin embargo esa postura varió en esta Superliga y en dos oportunidades Madelón sorprendió con la formación. En una de ellas minutos antes de comenzar el partido y en la siguiente el día anterior con un ensayo táctico aunque no lo había confirmado.

En las primeras cinco fechas el técnico había elegido un 4-4-2 inamovible y cuando Nelson Acevedo no estuvo lo reemplazó Manuel De Iriondo y luego que Bruno Pittón se recuperó, ingresó en lugar de Claudio Corvalán.

Y en el arco Joaquín Papaleo y Marcos Peano jugaron el Clásico en lugar de Nereo Fernández lesionado. Es decir cambios puntuales, por obligación y el único táctico el de Pittón por Corvalán pero se sabía de antemano que una vez recuperado, le ganaría el puesto al ex-Arsenal.

Luego del triunfo como local ante Talleres por 2 a 1 jugando en un buen nivel todo hacía suponer que Madelón repetiría la formación e incluso en conferencia de prensa afirmaba que no habría retoques.

 

Sin embargo, minutos antes de comenzar el cotejo con Racing en Avellaneda se conoció la planilla de titulares y para sorpresa de todos entre los 11 estaba Manuel De Iriondo en lugar de Franco Troyansky.

Es decir incluía un volante de marca en lugar de un delantero y lo hacía pensando en función del adversario. Luego el DT diría que Troyansky no estaba en su plenitud física, pero ingresó en el segundo tiempo cuando el equipo estaba perdiendo.

Se dijo que jugó De Iriondo para tratar de tapar la salida limpia en los pies del chileno Marcelo Díaz. Lo cierto es que del 4-4-2, pasó a un 4-5-1 y terminó jugando ese partido con tres puntas (Soldano, Troyansky y Andrada).

 

La experiencia no salió bien, dado que más allá de perder el invicto Unión no tuvo potencia en ataque y generó escasas chances para convertir. Por lo cual en la fecha siguiente cuando recibió a Gimnasia de La Plata salió De Iriondo y volvió Troyansky, volviendo a las fuentes y al 4-4-2.

El triunfo ante el Lobo y la posibilidad de contar con todos los jugadores hacían pensar que Madelón repetiría la formación para visitar a Rosario Central en el Gigante de Arroyito.

Pero nuevamente el entrenador sorprendió, aunque en este caso lo hizo el día antes del partido en lo que fue la última práctica de la semana, al poner entre los titulares a Santiago Zurbriggen y relegar a Troyansky.

A diferencia del partido con Racing, en donde sacó un punta para meter un volante, ahora excluía a un delantero y colocaba un defensor. Un cambio que a todas luces suponía ser defensivo.

Pero terminó resultando un acierto enorme en la estrategia para jugar ante el Canalla. Más allá de los cinco defensores, Unión fue un equipo ofensivo que apabulló al rival y lo terminó goleando.

 

Los laterales resultaron ser extremos al punto tal que Damián Martínez marcó dos goles y metió dos asistencias jugando un partido consagratorio ayudado por el nuevo esquema 5-4-1, aunque muy elástico por la dinámica de los laterales (Martínez y Bruno Pittón).

Así las cosas, y pese a ganar el partido anterior, Madelón asumió riesgos con resultados disímiles. Derrota con Racing y triunfo con Central, pero lo concreto es que comenzó a mover las estructuras tácticas en buena parte por tener mayores variantes que en el torneo anterior.

En la próxima fecha el Tate visitará a Argentinos y la pregunta en la semana previa será sin dudas ¿repite el equipo o vuelve a la línea de cuatro y dos puntas?

En función de lo que se vio en este último tiempo no hay que descartar nada y aquel 4-4-2 que permanecía inalterable ahora está sujeto a cambios teniendo en cuenta el contexto. Lo que antes era previsible, ahora puede resultar imprevisible.