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Deportes 17.08.2018

Otro elefante que cae en el Cementerio: Colón sufrió pero en los penales se dio el gusto de eliminar al San Pablo

Después del 1-0 en el Morumbí, perdió en Santa Fe pero reaccionó a tiempo y avanzó a octavos de final.

Fuente: Clarín

Hizo historia en el Morumbí. Se aferró a ese gol en Brasil. Buscó cerrar el partido en Santa Fe. Se retrasó demasiado. Sufrió y mucho. Casi lo pierde. Pero en los penales, con un arquero Burián heroico, Colón eliminó al poderoso San Pablo y se metió en los octavos de final.

 

 

 

 

 

Quedó bien claro desde el arranque los esquemas, las necesidades del equipo visitante y el planteo de Colón. Resultó un calco de lo que hizo el equipo que dirige Eduardo Domínguez en el Morumbí, con el agregado que tenía a su favor del gol conseguido en la ida.

Esa diferencia se notó en la desesperación de los brasileños, por momentos entrando en un nerviosismo extremo que le impuso la coyuntura. Porque se encontró con un equipo concentrado, bien metido atrás, que no le daba espacios, sobre todo por las bandas por donde suele dañar más el San Pablo, actual puntero del campeonato Brasileirao.

Por eso el entrenador sabalero ubicó una línea de cinco defensores, cuatro volantes, y dejó a Correa solitario arriba, como pescador de errores y de oportunidades.

San Pablo no pudo hacer nada para romper eso. La única chance clara fue no fue una jugada hilvanada, sino un tiro libre que pateó Nené y dio en el travesaño.

 

 

 

 

 

En esa desesperación, también Colón tuvo chances, no claras es cierto, pero hubo aproximaciones generadas por las bondades defensivas de los brasileños. Después, en la parte final, tuvo dos situaciones clarísimas.

Sin embargo, no le salió bien al técnico el cambio de Bastía por Herrera. Perdió posesión de pelota el equipo y el Polaco nunca encontró su lugar. A partir de ahí, San Pablo, superior en el juego siempre, fue arrinconando al local, cada vez con más peligro, hasta que llegó el zurdazo de Liziero. Victoria, penales y suspenso.

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Un libro no acabará con la guerra ni podrá alimentar a cien personas, pero puede alimentar las mentes y, a veces, cambiarlas”

Paul Auster