El grupo responsable de lanzar cometas incendiarias desde el interior de la Franja de Gaza contra las comunidades israelíes colindantes amenazó este viernes con desplegar hasta 5.000 cometas y globos con materiales inflamables para celebrar la fiesta del Aid al Fiter, que marca el final del mes del Ramadán, cifra que finalmente fue mucho menor.

Este colectivo, que se autodenomina “unidad de construcción de cometas”, convocó en las últimas horas a los medios de la Franja para asegurar que podrían proyectar los ataques con cometas hasta 40 kilómetros más allá de la frontera si Israel no levanta el bloqueo por tierra, mar y aire que mantiene asfixiada a la población de Gaza desde junio de 2007.

Los israelíes han efectuado en los últimos días varios disparos de advertencia contra jóvenes palestinos que se disponían a encender globos incendiarios en la parte sur de la Franja. Una nueva amenaza, barata y fácil de producir, que ya ha provocado la quema de más de mil hectáreas de terrenos y cultivos en las comunidades fronterizas del sur de Israel.

Un cambio de táctica por parte de las facciones palestinas que está generando fuertes dolores de cabeza en el seno del ejército mejor dotado de Oriente Próximo, que ha encontrado como única solución el empleo de pequeños drones ¨interceptadores¨de cometas. “Es una táctica diferente a la de los cohetes o proyectiles, que son mucho más letales¨, explica Arie, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Hebrea de Jerusalén. ¨Cambian la estrategia en respuesta a la crisis que sufre el liderazgo de Hamás. Actúan a la desesperada y ya no saben muy bien qué hacer¨, añade este académico.

Según Kacowicz , el uso de drones es absurdo, pues mientras que cada cometa apenas cuesta 4 dólares estos pequeños aviones no tripulados pueden llegar hasta los 500, existiendo además la posibilidad de que las hélices del aparato se enreden con los hilos de la cometa, lo que podría acabar con la aeronave cayendo al suelo. ¨Es como si estuviéramos viviendo una versión barata de la ¨guerra de las galaxias¨ sino fuera porque, de seguir así, esto podría dar con una cuarta guerra entre Israel y Hamás¨, dice sarcástico el profesor.

El analista se muestra crítico con ambas partes. ¨Hamás porque sigue apostando por la opción militar; Israel porque debería permitir inversiones masivas en Gaza que permitan encontrar trabajo a una juventud que no tiene nada que perder¨, comenta.

El término Terror Ha-Afifonim (terrorismo de las cometas, en hebreo) suena constantemente en los noticieros. Desde que comenzaran las movilizaciones de la “Gran marcha del retorno” el pasado 30 de marzo se hayan registrado ya casi 300 focos incendiarios en los campos de cultivo y reservas naturales que colindan con la valla fronteriza que rodea la Franja.

La mayoría de los kibutzim (explotaciones colectivas agrarias) de la zona –entre ellos el de Mefalsim, formado en su mayoría por argentinos que inmigraron a Israel– se han visto afectados por el uso de este nuevo arma, que aún no siendo mortal, aterroriza a cientos de residentes que no saben cuándo volverá a prender el próximo fuego.

Debido a las pérdidas económicas acumuladas hasta la fecha el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ha encargado a su asesor de seguridad nacional, Meir Ben Shabat, que articule un mecanismo para cuantificarlas de forma precisa para después pasarle la factura a la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

La fórmula sería similar a la ya aplicada con servicios como la electricidad, que Israel detrae del montante que según el Protocolo de París debe transferir todos los meses a la ANP en concepto de las tasas y aduanas que recauda en sus fronteras en nombre de los palestinos.

Otros miembros del gabinete, como el ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, ha incluso sugerido que los francotiradores militares abatan a todos aquellos que echen a volar cometas ardiendo o portando materiales inflamables. Una opción extrema que aún no se ha producido, si bien el ejército ha advertido de que adoptará nuevas medidas punitivas de continuar los incendios.