Colón avanzó a la segunda fase de la Copa Sudamericana sin pasar mayores sobresaltos. El triunfo en Venezuela en el cotejo de ida (2-0) condicionó este partido de vuelta y le facilitó el panorama al equipo santafesino. Zamora estuvo lejos de la hazaña, por diferencia de jerarquía y por aquel determinante resultado en su propia casa.

Colón fue más, aunque no llegó a marcar una diferencia abrumadora. Al equipo de Eduardo Domínguez le sigue costando encontrar una identidad definida. Este año no alcanzó un patrón de juego convincente. Un dato significativo es que nunca repitió los mismos once.

Con algunos chispazos de Alan Ruiz, unas pocas apariciones de Guanca y Ledesma, Colón manejó el primer tiempo. Casi con displicencia y sin demasiado esfuerzo. No fue profundo, ni dispuso de situaciones claras para abrir el marcador. La excepción fue un derechazo combado de Matías Fritzler, tras pase de Guanca, que pegó en el travesaño a los 21 minutos.

 

 

 

 

 

 

 

Zamora dentro de sus limitaciones intentó aproximarse. Pero le faltó categoría y decisión. Por momentos Erickson Gallardo desequilibraba, pero no lo suficiente como para preocupar a la defensa local.

En el arranque del segundo tiempo el equipo venezolano mejoró. Tuvo mayor determinación para ir en búsqueda del gol. El ingreso de José Pinto le dio mayor presencia. Y Zamora tuvo actitud, estuvo más suelto y mostró una faceta más ofensiva.

Sin embargo no le alcanzó para quebrar la solidez defensiva de un Colón que perdió la pelota, incrementó su falta de volumen de juego y de identidad futbolística.

A medida que iba creciendo Ledesma Colón se recuperó. Recapturó el recuperó el balón. Y llegó al gol con una pelota parada: tiro de esquina ejecutado por Alan Ruiz desde la derecha y Germán Conti hizo todo perfecto: corrió, se anticipó, saltó y cabeceó en el área chico para poner el 1 a 0.

Sólo quedaba tiempo para darle un mimo a Clemente Rodriguez, quien ingresó para jugar su partido internacional número 100.