Un fallo insólito del juez de la Tercera Cámara del Crimen, Diego Aliverti, dejó a dos cuidacoches presos bajo una condena de tres años de cárcel. Ambos fueron denunciados por “extorsión” por un penitenciario que se desempeñaba como guardia de seguridad en el local bailable de Godoy Cruz, "Rumbo Perdido".

La denuncia fue más llamativa: los trapitos le habrían pedido al penitenciario Juan Sarmiento, $50 para cuidar su auto y supuestamente lo amenazaron con que si no pagaba “el auto no lo iba a encontrar”.

Se desató una discusión que terminó con la intervención de la policía y la detención de los cuidacoches en la esquina de San Martín y Democracia.

Según la declaración de los arrestados, Sarmiento les dijo que no trabajaran en el lugar y les mostró su arma reglamentaria. Inclusive, en el juicio, uno de los cuidacoches manifestó que el enojo del penitenciario se desató cuando le dijeron que no podía trabajar como guardia de seguridad debido a su cargo público.