Barcelona ya recibió este sábado la noticia más esperada de los últimos tiempos: Lionel Messi firmó la extensión de su contrato hasta 2021, con una cláusula de rescisión de 700 millones de euros, y despejó los fantasmas que sobrevolaban al club catalán, sobre todo después de la abrupta partida de Neymar al PSG antes del comienzo de esta liga. Pero este domingo le tocó un historia para nada fácil.

Messi e Iniesta no lo pueden creer (Reuters).

El equipo de Ernesto Valverde visita al Valencia, su escolta en la Liga española, con televisación de ESPN2. Un buen resultado le daría al Barcelona, que llega a este partido con una ventaja de cuatro puntos al frente de las posiciones, una tranquilidad importante para afrontar el futuro.

Con eso en mente el conjunto catalán salió a manejar el ritmo del partido, a controlar la pelota y a demostrar quién es el líder. Le faltó, claro, algo de lucidez en los últimos metros. Pero eso no fue un problema, ya que contó con Lionel Messi. El inconveniente fue Ignacio Iglesias Villanueva, el árbitro del encuentro. ¿Por qué? Veamos...

La imagen no deja lugar a dudas: era gol del Barcelona.

 

La imagen no deja lugar a dudas: era gol del Barcelona.

Cuando se jugaba media hora del primer tiempo, Messi recibió un pase atrás y, de primera, metió un zurdazo seco, fuerte, que le dobló las manos a Neto, el arquero rival. Y no es una manera de decir. La pelota se le escurrió entre las piernas y, se vio, picó dentro del arco. Era gol. Era el 1-0. Pero terminó siendo la polémica de la tarde, ya que el juez no lo convalidó y ordenó que el juego continuara.

El error, encima, quedó más expuesto cuando Rodrigo Moreno aprovechó un descuido de Vermaelen (jugó por el suspendido Piqué) y marcó el 1-0 a favor del Valencia. Pero de nada sirvieron las protestas de los hombres del Barcelona, que veían que los cuatro puntos de ventaja en la punta, de pronto, se habían reducido a uno.

Pero faltaba mucho por jugarse. Y más con Messi en cancha. Es que si bien Valverde movió el banco buscando darle al Barsa más frescura de mitad de cancha hacia adelante, fue La Pulga el que niveló el encuentro. ¿Cómo? Con una asistencia deliciosa para Jordi Alba, quien picó al vacío y la empujó para el 1-1.

Un empate que, a priori, a ninguno de los dos conformaba. Pero que viendo cómo se dio el encuentro y el grosero error del árbitro, no estuvo nada mal.