Los camaristas Roberto Prieu Mántaras, Jaquelina Balangione y Sebastián Creus coincidieron con el fallo de Primera Instancia que condenó a prisión perpetua a la ex pareja de Correa, lo declaró reincidente y ordenó al Ministerio Público de la Acusación se investigue la posible comisión del delito de falso testimonio de 9 personas que declararon en el juicio. La sentencia de fecha 18 de marzo de 2016 había sido dictada por el juez de Sentencia Cristian Fizz. Griselda tenía 26 años cuando murió acribillada a balazos por quien era su ex pareja y padre de su hija la cual tenía por entonces 9 meses de vida.

“Te juro que si no aparece mi hija voy a matar de a uno a los de tu familia…”; “voy a caer en cana pero te vas a arrepentir toda la vida cuando veas a tu vieja y tus hermanitos en un cajón…”; “Feliz día hija. Te juro por lo que más amo que voy a derramar hasta la última gota de sangre pero te voy a recuperar. Te amo” fueron algunos de los mensajes de texto que Cristian “Gusano” Vera le envió a Griselda Correa días antes de matarla. Es que ella lo había denunciado en la Sub Comisaría 15 de Santo Tomé tras una brutal golpiza y tenía a la beba de ambos en su poder. Y el femicida no se lo perdonaría.

La joven acudió a la Comisaría 1ra para que el medico policial le constate las lesiones en el cuerpo y fue entregada a la muerte. Es que las pesquisas del caso siempre apostaron que alguien le informó al Gusano que su mujer se encontraba en ese lugar y la fue a buscar. El resto es de público conocimiento. Vera la llevó hasta la casa de su suegra y la asesinó frente a sus familiares para luego huir con su pequeña hija. Tras permanecer prófugo unos meses, lo capturaron en Córdoba y sometido al proceso por el femicidio de Correa. Fue en uno de los primeros casos que discutieron la violencia de género extrema en Santa Fe.

Ante la Cámara de Apelaciones, los defensores Luis Rodolfo Aguirre y Luis Patiño insistieron en la inocencia de Vera al entender que no existían elementos probatorios. También pusieron en duda la palabra de testigos directos del crimen. “El fallo desatiende los elementos de prueba aportados por la defensa y valora en demasía otros, dándole excesivo valor del testimonio de la Sra. Susana Montes y al hermano de la víctima y analiza los dichos de los mencionados testigos, entendiendo que existen importantes contradicciones”, sostuvieron en la audiencia realizada el 23 de agosto de 2016.

Por su parte, el fiscal de Cámara Miguel Molinari rechazó los agravios de la defensa y pidió confirmar el fallo del Dr. Cristian Fizz por la valoración de la prueba incorporada y certeza de la condena. El representante del Ministerio Público señaló “las actitudes desplegadas por Vera” de “haber golpeado a la víctima, quitarle la hija y profugarse” además de apoyar el pedido de investigación por falso testimonio a los testigos de la defensa quienes dijeron que estaban con el femicida el día del ataque. Coincidente fue el planteo de la fiscal del caso, Estela López Bustos quien exigió se confirme la sentencia de primera instancia.

Asimismo, los abogados querellantes Zulema Rivera y Federico Lombardi recordaron las amenazas previas de Vera a Correa y las denuncias previas en Santo Tomé y la seccional 1ra de Santa Fe a donde el agresor fue a buscarla y después la mató. “La defensa habla de la enemistad entre Montes (madre de Correa) y el imputado y sin embargo en el momento en que la víctima entre a la casa, (él) le dice que no se preocupe, que se la va a devolver y sin embargo la mató”, expusieron en el debate. Recordemos que Griselda Correa fue ultimada de varios disparos de calibre 9 mm en la casa de su madre.

En los fundamentos de la resolución, el Dr. Prieu Mántaras entendió que el decisorio en juicio valoró con criterio racional el plexo probatorio. “El relato de Montes luce coherente, contundente e inalterable a través de sus distintas declaraciones y este relato no sólo es corroborado por distintos testimonios (…) sino por otros elementos probatorios incorporados al proceso”, dice el camarista. En ese sentido, los testimonios de Franco Maximiliano y Sandro Landriel (hermanos de Correa) como el de Joana Farias (ex pareja de uno de ellos) también refieren a las amenazas y las dos denuncias previas de Correa.

Respecto a la calificación seleccionada y la prisión perpetua impuesta, los camaristas también advirtieron la alevosía en Vera puesto que “la víctima se encontraba en una situación de indefensión, creada por el acusado, que además se aprovechó de ella sin riesgos para sí mismo”. Vera la dejó bajar de su auto y primero le disparó tres veces. Griselda cayó de espaldas y, al ver que seguía viva, la terminó de matar con varios balazos más pese a que la hija de ambos estaba presente y pese a que la mujer ya hubiese podido defenderse del ataque. El muchacho luego huyó con la criatura para después dejarla en la casa de una familiar y profugarse de la ciudad.

Asimismo, los jueces coincidieron en la calificación del agravante. “La calificación de femicidio, prevista en el inciso 11 de la misma norma, consagra que se agrava por dar muerte a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género, circunstancia también acreditada, ya que nos encontramos ante una víctima más de esta clase de violencia, ya que ha quedado ampliamente demostrado en autos, que Griselda Correa era víctima desde hace varios años de violencia física y psíquica de

parte de su pareja, quien termina por quitarle la vida” reza la resolución del 29 de diciembre que tras la feria no había trascendido públicamente.

Según pudo averiguar este medio, los defensores de Vera pretenden ir en queja ante la Corte Suprema de Justicia pues insisten en la inocencia del imputado. De igual manera, por la frialdad con la que habría cometido los actos el Gusano, son escasas las posibilidades de que el recurso sea admitido para su discusión. De serlo, la discusión llegará al máximo tribunal santafesino. Mientras tanto, una pequeña de poco más de 4 años llora la ausencia eterna de su madre y el resto de la su familia materna el dolor de no haber sido escuchados cuando necesitaban ayuda para evitar la tragedia.