En la noche de este jueves, un colectivo de la línea 11 fue baleado por dos sujetos desde un descampado en Aguado y Chaco, en barrio Policial.

 

Por el hecho, los choferes suspendieron el servicio por algunas horas, aunque luego lo restablecieron. Por LT10, uno de ellos, Marcelo Quinteros,  expresó: “nos sentimos solos y desamparados; la policía prometió cuidarnos pero esto no ocurre”, se quejó, y más adelante reclamó la presencia de efectivos “en las zonas rojas”. 

 

Sobre el episodio en particular, el trabajador relató: “un disparo dio contra una ventanilla y no lastimó a una pasajera de milagro. Cuando el chofer paró el colectivo pudo ver cómo dos sujetos disparaban contra el colectivo desde un descampado. Esto sucedió a media cuadra de una comisaría. No sabemos si nos querían robar o solo agredir”.

 

Además, Quinteros contó un grave hecho del que fue víctima: “hace 15 días yo viví un momento muy violento y desagradable. Un delincuente me robó a las 11 de la mañana en Facundo Zuviría y Larrea, me apuñaló y me mordió. Luego, me enteré de que el delincuente estaba en libertad condicional y que lo liberaron al otro día de asaltarme”.

 

Hartazgo 

Por su parte, el secretario adjunto de UTA Santa Fe, Marcelo Gariboldi, calificó la situación actual de “preocupante”, fundamentalmente desde hace un tiempo a esta parte.  “Todos los episodios (fueron) con armas de fuego y no fueron menores”, recordó. 

 

“Nosotros hacemos lo imposible para que los servicios sigan funcionando, pero la paciencia se está agotando”, advirtió, y finalizó: “nosotros queremos nuestra profesión, somos colectiveros de alma, pero esto empaña toda la buena voluntad que puedan tener los compañeros”.