Con un ataque de nervios

Miguel Ángel A., de 33 años, esperaba en la sala donde son alojadas las personas que esperan se juzgadas en audiencia. Cuando uno de los guardias de seguridad de tribunales fue a buscarlo para trasladarlo hacia la Sala Nº 1, este estaba tirado en el suelo con una campera en el cuello con intenciones de ahorcarse, situación que se frustró por el rápido accionar policial que actuó de manera inmediata. 

Posteriormente, se lo tranquilizó y se lo llevó hacia la sala, pero previo al ingreso tuvo un leve forcejeo con la guardia ya que se encontraba con una crisis de nervios. Fue así que por unos minutos hubo cierta incertidumbre en torno al inicio de la audiencia, pero finalmente el imputado se recompuso y terminó siendo acusado por el fiscal Apullán. 

El delito y lo que viene

El fiscal del Ministerio Público de la Acusación le atribuyó al imputado el delito de “portación ilegítima de arma de guerra agravado por el antecedente condenatorio”, ya que el empleado de la GSI cuenta con una condena que data del 2003 por robo calificado, la cual cesó en el 2007. Este último dato fue expuesto en la audiencia. 

El hecho en cuestión

El suceso se dio el jueves pasado cuando Miguel Ángel A. fue aprehendido por el personal de la Comisaría Nº 4 por presuntas amenazas a un “trapito”. Dichas amenazas fueron con una pistola calibre 9 milímetros marca Browning, la cual fue encontrada en su poder con 12 balas en óptimas condiciones de uso y de funcionamiento y sin las cachas de metal a los costados. El mismo portaba el arma sin tener permiso, situación por la cual fue imputado en la jornada de ayer en tribunales. Para mañana lunes se realizará la audiencia de prisión preventiva.

La posible causa

Según pudo averiguar Diario UNO, la presunta amenaza del agente de la GSI surgió a raíz de problemas entre los “trapitos” de aquella zona de la ciudad y el entorno familiar del imputado.