Este sábado, en el Museo de la Ciudad (Balcarce 1635) quedará habilitada “Vibrante belleza”, una instalación que reconstruye el espacio de una barbería tradicional santafesina de comienzos del siglo XX, y una peluquería femenina de la década de 1980. En la sala de exposiciones se podrán observar el mobiliario e instrumental utilizado por los barberos para rasurar, cortar cabellos y arreglar barbas y bigotes; y el mobiliario e instrumental de una peluquería para mujeres de cuatro décadas atrás. Paneles con fotografías y textos aportarán información e imágenes para enriquecer la visita.

Esta propuesta organizada por el Gobierno de la Ciudad puede visitarse de lunes a sábado de 9 a 12 y de 16 a 19, y los domingos de 17 a 20, siempre con entrada libre y gratuita.

Un oficio que vuelve

El oficio de cortar, modelar la barba y el cabello es uno de los más antiguos en la historia de la humanidad. Durante la primera mitad del siglo XX, el mercado de las barberías se expande exitosamente, gracias a las modas y tendencias masculinas. Los barberos gozaron entonces de reconocimiento social además de una exquisita formación y las barberías fueron lugares de interacción social y foros de discusión de lo público, espacios de relajación y de amistad.

En Santa Fe, la Barbería de Pedro Carlini, ubicada en el sur de la ciudad, constituyó por varias décadas el espacio ritual al que acudían caballeros de todas las edades, estilos de vida y ocupaciones.

Hacia mediados de siglo las barberías mostraron un marcado declive para ser sustituidas paulatinamente por peluquerías para caballeros o unisex. Actualmente el oficio de barbero parece resurgir al ritmo de nuevas modas y subculturas que revitalizan antiguas prácticas de acicalamiento viril.