La orden machacante de cualquier madre de «no salgas de casa sin hacerte la cama» es un acto de amor por ver a sus hijos triunfar en la vida. Al menos esa es la conclusión a la que se llega tras leer el libro Hazte la cama (Planeta) del comandante William H. McRaven.

Lejos de lo que muchos piensan sobre la falta de sentido de hacer la cama por la mañana para deshacerla por la noche, el comandante asegura que este pequeño gesto te prepara para el éxito y equivale a establecer una rutina de vida ordenada y responsable.

La importancia de empezar bien el día

En el libro William H. McRaven afirma: «Hacer la cama me enseñó la importancia de empezar bien el día» y continúa diciendo: «Hacer la cama de la manera correcta no era un motivo de elogio, sino algo que se esperaba de mí. Constituía la primera tarea del día y llevarla a cabo correctamente era importante. Era una demostración de disciplina», afirma el militar, que añade: «Denotaba atención a los detalles y, al final del día, sería un recordatorio de que había hecho algo bien, una tarea de la que podía enorgullecerme, sin importar lo pequeña que fuera. A lo largo de mi vida en la Marina, hacer la cama fue la única constante en la que podía confiar, día tras día».

Años más tarde, cuando formó parte del equipo de captura de Saddam Hussein en Irak, el comandante asegura que le sorprendió comprobar que nunca había hecho su cama, «Me hizo cierta gracia observar que Saddam no se hacía la cama. Las mantas siempre estaban arrugadas a los pies de su catre y rara vez parecía interesado en arreglarlas» y añade: «Es ese tipo de pereza la que puede conducir a la caída de cualquier dictador».

Este comandante del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, que organizó el ataque a Osama Bin Laden, apunta: «Si haces tu cama todas las mañanas, habrás realizado la primera tarea del día. Te dará un pequeño sentido de orgullo y te animará a hacer otra tarea, y otra, y otra. Y al final del día, esa tarea completada se habrá convertido en muchas tareas completadas».

Los pocos estudios que hay al respecto han demostrado que las personas con hogares desordenados tienden a tener más problemas con la regulación emocional, el estrés y la salud mental. Lo que se podría resumir en: casa ordenada, mente tranquila.