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Sociedad 15.11.2019

FEMICIDIO EN ESPERANZA

"Siento que soy la voz de Gabriela para pedir Justicia"

María, también fue agredida por el imputado por el asesinato de la comerciante de Esperanza. Contó que habló con la familia Degiorgio, y dijo que el agresor "es un psicópata y un abusador serial".

Fuente: LT10

María y Gabriela no se conocieron. La vida nos las cruzó para que puedan compartir sus viviencias, sus historias, sus alegrías. Sin embargo, el destino las unió con un desgraciado denominador común llamado Jorge Alberto Romero, agresor de María y femicida de Gabriela.

María, en 2013, trabajaba en uno de los locales de la cadena de panaderías Santa Catalina cuando fue atacada por el acusado del homicidio y abuso sexual de Gabriela Degiorgio, la comerciante esperancina que fue asesinada el viernes 8 de noviembre en su negocio de venta de indumentaria femenina.

La suerte de las mujeres no fue la misma, ya que en el caso de María mientras estaba siendo golpeada por Romero, quien ingresó a la panadería diciendo que quería dejar sus datos por si surgía algún trabajo, un cliente entró y como no vió a nadie atendiendo el negocio comenzó a golpear sus manos.

"Me tapó la boca y me llevó a la parte de atrás del local comercial, me amenazó y empezó a toquetearme. Después me pegaba en la cabeza con el puño cerrado. Yo sangraba por la nariz y por la boca y no podía gritar. En un momento comenzó a asfixiarme. Yo le decía que me estaba matando y él me respondía que estaba enfermo, que se iba a entregar, que no me quería matar, y se tomó una bebida energizante que teníamos en el depósito", conto María en uno de sus testimonios brindados al canal VEO.

Por la misma señal, María continuó haciendo declaraciones en el programa "Sin compromisos", reproducidas por Al Derecho y Al Revés en LT10.

"La Justicia sabía que él tenía problemas mentales, que no controlaba sus impulsos, que era un psicópata y lo dejaron libres. Sabían que iba a cometer el mismo delito porque era reincidente una y otra vez", reclamó la joven, quien agregó que se comunicó con la familia de Gabriela.

"Ellos están en el peor momento de dolor por esto que pasó", dijo María. "Hoy soy la voz de Gabriela para pedir Justicia, así lo siento, para pedir una reclusión perpetua", remarcó.

En ese sentido, manifestó que la Justicia "había comprobado que era un psicópata, un abusador serial, un violador, que lo iba a hacer reiteradas veces porque tiene un problema incurable. Sabían que con una pena de unos años volvía a salir y a cometer los mismos delitos".

"Hay que evitar que haya otra víctima más de Jorge Alberto Romero", insistió la joven, "no podemos vivir con el miedo de que en cualquier momento alguna mujer vuelva a cruzarse con este monstruo", lamentó.

Romero había cumplido una condena por robar e intentar violar a una empleada de una panadería y tenía varios antecedentes similares. Por ese hecho, estuvo seis años en prisión y hace cuatro meses había recuperado la libertad.

Los hechos

Este viernes 8 de noviembre por la noche Gabriela Degiorgio fue encontrada asesinada en el local de indumentaria femenina "Carmina", ubicado en Rivadavia al 1900 en la zona comercial de Esperanza.

El fiscal de la causa, Alejandro Benítez, en la audiencia imputativa precisó que “la mujer se resistió y comenzó a gritar, JAR la golpeó en reiteradas oportunidades hasta dejarla inconsciente. En ese contexto fue que aprovechó la situación y abusó sexualmente de la víctima”.

El fiscal detalló que “después del ataque sexual, la volvió a golpear hasta quitarle la vida”. Benítez sostuvo que “el imputado mató a la víctima con el propósito de consumar y procurar su impunidad de los delitos que había cometido, dado que también se apoderó de la caja registradora del local”.

Benítez argumentó además que “los delitos fueron cometidos por el hombre investigado en un contexto de violencia de género en el que eligió previamente a la víctima mujer y en el que aprovechó su superioridad física para consumar los ilícitos”.

Quien encuentra el cuerpo

Gabriela Digiorgio no volvió a su casa en el horario que lo hacía habitualmente. Tras el paso del tiempo fue su marido quien decide que su hijo vaya hasta el local para ver qué era lo ocurrido sin imaginarse el fatal desenlace. Al llegar al lugar, el hijo de la víctima es quien descubre la escena del crimen llama a su padre y se realiza la denuncia al 911.

Con respecto a la muerte de la mujer tras la autopsia se desprende la información que Digiorgio falleció tras un fuerte golpe en su cabeza y se trata de determinar con qué elemento sufrió la agresión en el cráneo. 

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho