Una multitud marchó 19 kilómetros desde la ciudad de El Alto hasta La Paz para, entre otras demandas, pedir por la reivindicación de los símbolos indígenas, a los que consideran ofendidos después de la renuncia forzada del ex presidente Evo Morales.

Los manifestantes, que portaban miles de wiphalas (banderas multicolores del movimiento indígenas) y algunos de ellos palos, avanzaron pacíficamente por el centro de La Paz y se instalaron en la plaza mayor San Francisco.

Los manifestantes, identificados con el Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales, fueron frenados por un cordón policial desplegado en el ingreso a plaza Murillo, frente a la Asamblea Legislativa (parlamento), donde se aguardaba la sesión en la que se debería discutir la aceptación de la renuncia de Morales y la instalación de un gobierno de transición.

Después de la renuncia de Morales, algunos policías que se habían amotinado en medio de las protestas arrancaron de sus uniformes la representación de la whipalas y las quemaron, en gestos que llenaron de indignación a las comunidades indígenas.

La Policía se vio obligada institucionalmente a ofrecer un acto de desagravio y a prometer severas sanciones para evitar la repetición de este tipo de ofensas.

Otras banderas indígenas fueron quitadas de las fachadas de diversas instituciones públicas.

Los manifestantes también se oponen a la instalación de la Asamblea Legislativa y exigen sanciones para los responsables de la caída de Morales, a quien consideran víctima de un golpe de estado.