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Salud 23.09.2019

EN TRES DÍAS

Más de 160 habitantes de Maciel sufrieron descomposturas

Los síntomas son malestar gastrointestinal, mareos y vómitos. Investigan la fuente que causó esta afección masiva en la localidad

Fuente: UNO SANTA FE

Un extraño agente patógeno apareció en Maciel, localidad del departamento San Jerónimo en el centro sur de la provincia de Santa Fe ubicada sobre la RN 11, a 9 km de la margen occidental del río Paraná, a 105 km de Santa Fe, y afectó la salud de más de 160 personas en tres días. Todavía se desconoce el origen, pero el veloz contagio preocupó y encendió una alerta sanitaria que desde el Ministerio de Salud de la provincia hicieron regional. Los síntomas son descompostura, mareos y vómitos. Afectó a vecinos de todas las edades, aunque los primeros en sufrirlo fueron chicos.

Es que el martes pasado, la Escuela Nº 294 General San Martín de Maciel, popularmente conocida como la "Escuela Grande", hizo sonar la advertencia en el Ministerio de Educación: los chicos de quinto grado desayunaron en la sede del establecimiento y se trasladaban a un campamento en el pueblo vecino, Puerto Gaboto. Pero varios de ellos empezaron a sufrir distintos malestares físicos.

Como consecuencia de este fenómeno se inició un estudio minucioso de la institución con personal de Epidemiología del Ministerio de Salud y la Agencia Santafesina de Seguridad Alimentaria (Assal) donde registraron en primera instancia el estado del agua y de la comida que habían ingerido los alumnos.

Buscan la fuente

En diálogo con La Capital, el delegado de la Región IV del Ministerio de Educación, Juan Cruz Giménez, detalló: "Por la cantidad de casos que tenemos, el protocolo determina una profilaxis para determinar cuál sería la fuente que provocó este malestar en las personas vinculadas". Y avanzó: "Nos llama la atención que hay niños afectados que fueron a la escuela, otros que no asistieron, otros estaban de campamento, es muy variada la situación".

Lo llamativo fue que con el correr de las horas fueron cada vez más las personas que llegaban al Hospital Federico Meroi, el Samco local, requiriendo atención con síntomas similares: descompostura, mareos y vómitos. Ya no eran solo chicos, sino que adultos comenzaron a afectarse. Hasta ayer por la tarde el registro oficial superaba las 160 personas. Sin contemplar a aquellos que decidieron atenderse de manera particular.

La gente buscó respuestas

La preocupación determinó que los vecinos barajaran varias teorías: la primera fue alguna contaminación en el agua y que se haya trasladado rápidamente en los distintos sectores del casco urbano. La hipótesis no fue completamente descartada, aunque la Cooperativa de Agua de la localidad inmediatamente realizó controles en la escuela y confirmó que el líquido estaba entre los parámetros óptimos para el consumo. Un análisis más puntilloso llegará la semana próxima, requerido además por la comuna y hasta el Assal, que se llevó muestras.

En paralelo, es preciso destacar que los comercios vendieron una cantidad inusitada de agua envasada y que muchas familias decidieron no consumir el líquido de la canilla de sus casas ni del dispenser comunitario del barrio San Cayetano. Y por prevención, no enviaron a los chicos a la escuela. Aunque desde la cartera de Educación confirmaron que tomaron los recaudos correspondientes y los alumnos no tendrían riesgos para asistir a clase. Ayer, esto coincidió inclusive con el cierre total del establecimiento por el paro decretado por CTERA y Amsafé.

Otra de las versiones de los posibles factores apuntaba al uso de agroquímicos, pero de acuerdo confirmaron fuentes oficiales, la última aplicación fue registrada en la zona norte, en cercanías de la jurisdicción de Monje, alejado de la zona urbana y hace diez días. Por lo que tal hipótesis fue descartada casi de inmediato.

Asimismo, no se ha descartado aún que pueda haber aparecido algún agente infeccioso de rápido contagio que se haya propagado por el lugar y evaluaron la opción de investigar si algún vecino viajó en los últimos días a Bariloche, donde hubo un brote con características similares.

En las fronteras de Maciel

En la mañana de ayer, la directora del Samco ahondó en la posibilidad de que estuviesen ocurriendo situaciones similares en varios puntos de la zona; es decir, pueblos linderos o cercanos a Maciel, pero fue rápidamente desestimado. Tanto el director del efector de Barrancas, el de Monje y el de Oliveros (que fueron los nombrados) negaron haber atendido algún caso con esas características o un brote repetitivo fuera de las dolencias habituales.

Distinto fue el caso de Puerto Gaboto, donde un paciente acudió al médico y reconoció tener malestares físicos equivalentes. En el cruce de datos regional quedó confirmado que el adulto comparte su trabajo con un hombre de Maciel que estaba atravesando las dolencias y consideran que el contagio fue directo. En paralelo, los referentes de los efectores regionales a través de una decisión del Ministerio de Salud decidieron documentar toda la información para cruzar datos y evaluar el comportamiento del virus.

Ayer al mediodía, el Samco y el dispensario de barrio San Cayetano decidieron realizar un estudio virológico y de cultivo a niños para tratar de dar con el virus o la bacteria que se propagó. Proyectan que entre hoy y mañana a la tarde estarán los resultados técnicos. Anteayer, el centro de salud también había enviado pruebas de materia fecal de adultos.

Los profesionales a cargo afirman que se tratan de dolencias leves de una evolución corta, significa que en 24 o 48 horas desaparecen las molestias físicas pero no merma el contagio. El mayor objetivo es "encontrar las causas" y establecer cómo se instaló en la localidad del departamento San Jerónimo.

Hasta el momento reinan las preguntas y la ciencia no permitió obtener certezas. Las autoridades están tomando cartas en el asunto, con un trabajo interministerial para calmar los ánimos de los ciudadanos preocupados. Mientras tanto, el origen del brote es un misterio.

Informe: Fabrina Donato

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho