Un grave episodio -que se enmarca en un contexto de violencia de género- ocurrió este sábado por la mañana en el norte de la ciudad. Una mujer activó el botón de pánico cuando su expareja, sobre quien pesa una orden de restricción de acercamiento, llegó hasta su vivienda y comenzó a amenazarla.

La información oficial señala que al llegar, los efectivos policiales lograron detener al joven, que tenía en su poder un arma de fuego calibre 38. Al revisarla, los uniformados constataron que la misma estaba cargada: tenía cinco cartuchos intactos en su interior, listos para ser disparados.

La orden de restricción había sido dictada por la Justicia el 15 de marzo, luego de que la víctima radicara la denuncia pertinente ya que su vida corría peligro. Ahora, el agresor permanecerá detenido hasta que declaren los testigos del hecho, pero luego podría recuperar la libertad.