Politica 19.04.2019
Corea del Norte prueba un arma táctica y aumenta la presión sobre EE. UU.
Luego de que se confirmó que el líder norcoreano Kim Jong-un supervisó la prueba de una nueva arma táctica, Pyongyang solicitó a Washington retirar al secretario de Estado, Mike Pompeo, de las negociaciones sobre desnuclearización.
Fuente: france24
¿Nuevas movidas de Kim para presionar a Trump? Todo indica que sí. A la noticia de que el líder norcoreano presenció en ensayo de una nueva arma táctica guiada, de la que no se ofreció mayores detalles, se conoció una petición hecha por un portavoz de la cancillería norcoreana a Estados Unidos. La solicitud: apartar a Pompeo de las conversaciones, para que en su lugar llegue "alguien con más madurez”.
Tras la infructuosa cumbre de Hanói, Vietnam entre Kim y Trump, donde no se concretó una agenda para la desnuclearización de la península coreana, el país asiático volvió a probar una nueva arma. El ensayo, no causó mayor sobresalto. Aunque la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) no describió exactamente qué arma se probó, el término "táctico" implica un arma de corto alcance en lugar de los misiles balísticos de mayor capacidad, que han sido vistos como una amenaza para Estados Unidos.
Pero la prueba no violó la prórroga sobre lanzamiento de misiles que instauró Corea del Norte el año pasado, ni incumplió las sanciones que le impuso Naciones Unidas. Incluso el pasado noviembre, cuando las conversaciones atravesaban uno de sus tantos puntos muertos, otra arma fue ensayada, de la que no se conocieron mayores datos específicos, excepto, que era “ultramoderna”.
En abril de 2018, Kim advirtió que Corea del Norte detendría los ensayos nucleares y el lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales, porque las capacidades nucleares de Pyongyang se habían "verificado", pero sus acciones van en otra dirección. De momento, lo que llamó la atención, fue el reclamo para reemplazar a Pompeo.
Kim no quiere más a Pompeo al frente de las negociaciones
Alguien más “maduro”. Pyongyang redobló este jueves 18 de abril la presión para que Washington flexibilice su postura en el diálogo sobre desnuclearización pidiendo que sustituya como negociador a Pompeo.
Kwon Jong-un, un portavoz de la cancillería norcoreana, afirmó que "en caso de que las conversaciones se retomen en el futuro" al régimen le gustaría que en vez de Pompeo ese papel correspondiera a "alguien que muestre mayor tacto y madurez a la hora de comunicarse" con Pionyang.
El portavoz señaló que la relación podría "complicarse si Pompeo está involucrado en las conversaciones" e insiste en que cada vez que el secretario de Estado "mete las narices, el diálogo avanza mal y sin resultados".
En reiteradas ocasiones se ha insinuado que Pompeo ha resultado tener muy mala química con funcionarios del régimen norcoreano, entre ellos su homólogo en las conversaciones nucleares, el responsable de inteligencia Kim Yong-chol. Así, Kim mueve su ajedrez para persuadir a Washington, pero, además, ha buscado planes alternativos a sus intereses, ya que se conoció que prepara una cumbre con su homólogo ruso, Vladimir Putin.
El mariscal norcoreano mira hacía Moscú
El Kremlin confirmó que está trabajando en los preparativos del encuentro. Todavía no se ha dado una fecha, pero desde Seúl, los medios sugieren que ambos mandatarios podrían reunirse la próxima semana en la ciudad de Vladivostok, al este del país.
Moscú ha confirmado que está trabajando en este asunto y, aunque no ha puesto fecha, los medios surcoreanos barajan el próximo miércoles 24 y la ciudad de Vladivostok, en el extremo oriente ruso, como la fecha y lugar más probables.
"El presidente de la Comisión de Asuntos Estatales de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong-un, visitará Rusia en la segunda quincena de abril por invitación de Vladímir Putin", indicó el Kremlin en un comunicado.
Desde el pasado 1 de marzo cuando culminó la cumbre entre Kim y Trump sin más resultados que una foto para los medios, no se han logrado avances sustanciales en el proceso de desnuclearización. Sentados en aquella ocasión en la mesa, el mandatario estadounidense le pidió al mariscal que desarticulara todo su arsenal nuclear mientras que el líder norcoreano le pidió en retorno, que levantara el paquete de sancione que Washington impuso a Pyongyang y declarar oficialmente el fin de la guerra de Corea. Para ninguno fue una solicitud razonable por lo que la cumbre terminó abruptamente y mucho antes de lo que el protocolo indicaba.
Kim se precia de tener una buena relación con el republicano, pero si ninguna de las partes concreta el proceso, ya lanzó una advertencia: dijo que otorga a Trump hasta finales de este 2019 para encauzar las negociaciones. La amenaza tácita podría a partir de ese momento retomar su actividad nuclear, esta vez, sin nada que lo detenga, tal como lo hizo en 2017. Una feria nuclear que ya ha atemorizado al mundo y que ha mostrado la capacidad armamentística de Corea del Norte.