Las autoridades migratorias de México se están movilizando para intentar contener la caravana de 3.000 hondureños que se apresta a llegar a la frontera sureste, y que amenaza con acentuar las tensiones con el gobierno de Estados Unidos.

El propio Comisionado General de la Policía Federal mexicana, Manelich Castilla, partió hacia la frontera del estado meridional de Chiapas a fin de "garantizar la seguridad en los puntos de entrada" en los confines del país.

El Instituto Nacional de Migración (INM) de México advirtió que vigilará conforme a sus atribuciones legales "la entrada" de extranjeros pero no permitirá el ingreso de personas sin documentación. El INM reiteró a los integrantes de la "Caminata Migrante" que partió de San Pedro Sula, Honduras, el pasado día 13, que "de arribar a los puntos de internación de la frontera sur de México, el personal de migración deberá revisar el cumplimiento de los requisitos que marca la ley".

Por lo tanto, advirtió a "quienes no los cumplan" que "no se les permitirá el ingreso". "México cuenta con una serie de medidas de facilitación y protección internacional que son empleadas por miles de centroamericanos cada año", se lee en el comunicado. Sin embargo,"la ley no prevé ningún permiso para acceder al país sin cumplir con los requisitos y posteriormente dirigirse a un tercer país", afirmó el organismo.

No obstante, la autoridad migratoria mexicana reiteró su "compromiso irrestricto de respeto a los derechos humanos de los migrantes, como política central del quehacer institucional en su ejercicio diario y a la protección". También garantizó la "atención de todos los extranjeros que independientemente de su nacionalidad o condición migratoria crucen por territorio nacional".

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó hoy mismo al gobierno de Honduras con no entregarle más dinero ni ayuda a su país en caso de que no tome acciones para frenar la caravana migrante que busca llegar a la frontera sur. "Estados Unidos ha informado firmemente al presidente de Honduras que si la gran caravana de personas que se dirige a los Estados Unidos no se detiene y se regresa a Honduras, no se dará más dinero ni ayuda a Honduras, con efecto inmediato", escribió Trump en Twitter.

Los migrantes, calculados en 3.000, aunque algunos hablan de sólo 1.000, enre los que figuran mujeres, niños y ancianos, iniciaron el pasado sábado una caravana para llegar a Estados Unidos y ayer llegaron a Guatemala, en espera de seguir su camino. Se trata de una travesía simbólica por una ruta que han recorrido antes muchos de sus compatriotas, algunos de los cuales han perdido la vida, o han sido objeto de secuestro, plagio o de reclutamiento de bandas de trata de personas para usar a mujeres en labores de prostitución y a hombres en el crimen organizado.

Se calcula que cada año viajan unos 400.000 migrantes centroamericanos por territorio mexicano en busca de una mejor vida en Estados Unidos, pero al menos 50.000 son deportados y otros sufren desventuras diversas, lo que no los inhibe para seguir huyendo de la violencia de las pandillas en sus países.

El ministro de Gobernación Alfonso Navarrete señaló que la Comisión Nacional de Seguridad apoyará a las autoridades migratorias "en el resguardo del orden durante la atención a quienes soliciten ingresar a territorio mexicano".

Organizaciones civiles en México han acusado al gobierno de hacerle "el trabajo sucio" de Estados Unidos al impedir el ingreso de extranjeros sin documentos en su frontera sur e incluso aceptar la presencia de elementos del llamado ICE, la agencia de migración y aduanas en territorio nacional.

De hecho, el ex canciller mexicano Jorge Castañeda, hace notar que México suele deportar a más centroamericanos que el propio gobierno estadounidense.