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Información General 20.01.2016

EN LA CIUDAD DE ROSARIO

El club Náutico Avellaneda quedó dividido en dos por la crecida

Bajo el agua quedaron el estacionamiento, parte de la playa y el espigón de pesca. Además los cruces al complejo que el club tiene en la isla se suspendieron. Las autoridades del club están preocupadas porque lo normal es que para marzo llegue otra crecida y la situación empeore.

Por: Agenciafe/La Capital /

 La crecida viene modificando muchas rutinas entre los rosarinos. Al Club Náutico Sportivo Avellaneda, con sus 550 metros de costa, una de los mayores de la ciudad, sencillamente el agua lo dividió en dos. O sea, le quedaron instalaciones a cada lado de la inundada bajada Neptuno, lo que significa haber perdido el estacionamiento, el espigón de pesca, el área de picnic y buena parte de la playa, y haber tenido que suspender los esperados cruces al complejo isleño El Biguá. Con el Paraná a 5,52 metros, sólo le queda arena en lo que llaman el "solárium", mientras el río ocupa el sector más bajo, donde emergen las flores de las duchas como si fueran periscopios en el agua.

"Qué problema, ¿eh? ¿Hasta cuándo se espera la crecida?", pregunta Jorge Díaz, uno de los socios de la entidad, al vicepresidente Rubén Salvá. "Dicen que el pico ya pasó, pero como lo normal es que crezca mucho en marzo el temor es que no le dé tiempo a bajar y ya venga la otra crecida", se sincera el directivo.

Mientras Salvá recorre el predio junto a LaCapital para mostrar los problemas que el club enfrenta por la creciente, otras dos socias se acercan con la misma inquietud. Basta ver la inmensidad del río, más inmenso que nunca por su altura y la velocidad con que pasa, para entender la zozobra.Cuando el Paraná se encuentra a una altura normal, el Náutico hace gala de sus 9.200 socios, quienes pueden elegir entre los 22 deportes que se practican en casi 13 mil metros cuadrados, divididos en diferentes canchas, gimnasios polideportivos, piscinas (abiertas y cubiertas), una guardería motonáutica y una caleta para 140 embarcaciones.

La entidad también tiene un estacionamiento privado, un alojamiento deportivo (que incluso ofreció como eventual centro para evacuados, ver recuadro), quinchos, una playa, un espigón de pesca y espacios verdes.

Pero por estos días a su espléndido paisaje le sumó unos generosos camalotes que recorren puntillosamente toda su costa de 550 metros y el agua modificó varios sectores del club.

"Lo más grave es que la crecida nos partió al medio, nos dividió el club", sintetizó con elocuencia el presidente de la entidad, José Luis Bollini.

Según explicó, "normalmente los socios llegan con el auto hasta el estacionamiento" a través de la bajada Neptuno, pero hoy ese sector se encuentra bajo medio metro de agua, lo que obligó a clausurar la correspondiente portería.

Eso se debe a que aunque la mayor parte baja del club se encuentra a 6 metros, por lo que aún no fue afectada por la crecida, hay instalaciones cuya altura llega sólo a 5. Por esa razón, explicó Bollini, pidieron "por nota" a la Municipalidad que autorice el estacionamiento sobre ambas veredas en las calles de los alrededores "hasta que el agua baje".

Y otro problema que los "mató" este verano es que la altura del río impide los cruces diarios para 250 socios que hacían al complejo propio El Biguá, ubicado sobre la isla La Invernada, bien enfrente de la entidad. "Tuvimos que suspenderlos, e incluso el personal permanente que vive allí, una familia, se tuvo que mudar al piso superior de las instalaciones", explicó Salvá.

Tres yararás. Como ya se vio en varias zonas costeras de la ciudad, en las últimas tres semanas la creciente les trajo culebras y tres yararás. "Pero tenemos suero antiofídico", afirmó Bollini, por lo que si se produjera una mordida la atención médica se simplificaría en su paso principal.

Sin embargo, ajena a esos avatares, la vida en el club sigue siendo una postal de placer en el mediodía que bulle con una térmica cercana a 38 grados. Los socios disfrutan de las piletas y del sol, y alguno que otro hasta se anima a meterse al río, que ya cubrió sin pedir permiso toda la playa.

Cumple 85 años

El Club Náutico Sportivo Avellaneda tiene una larga vida en Rosario: mañana cumplirá 85 años. Para festejarlo ya organizó dos eventos: una gran fiesta popular a la canasta, gratuita, con animación y bandas en vivo, el próximo sábado, y una cena institucional el 30 de este mes, con autoridades y “clubes amigos”, para la que hay que comprar trajeta.

“El primer síntoma de que estamos matando nuestros sueños es la falta de tiempo”

Paulo Coelho