RESUMEN DE MEDIOS DE LA PROVINCIA DE SANTA FE
Santa Fe, Jue, 25 de abr de 2024
RECIBIR NEWSLETTER

Información General 06.01.2016

EN EL SUR DE SANTA FE

El Paraná sigue subiendo y modifica hábitos y costumbres en la costa rosarina

En La Florida los bares evidencian una merma de clientes, en La Fluvial no salen lanchas y en la zona sur las defensas intentan frenar el agua. En uno de los bares que está ubicado sobre la Rambla Catalunya se podía observar ayer cómo el agua y los camalotes ganan terreno.

Por: Agenciafe/La Capital /

 La crecida hizo escala en Rosario y ya deja entrever los primeros problemas para los comerciantes y ciudadanos que conviven con la costa de la ciudad. Desde el extremo norte, pasando por la zona centro hasta el sector sur hay diversas problemáticas que aquejan, principalmente, al comercio local. Camalotes que ganan cada vez más terrenos, bares que empiezan a perder clientes y pescadores a los que les resulta difícil ganarse la diaria, las postales más frecuentes.

En La Florida el paisaje es desolador. La playa está completamente anegada y no se ve casi arena. A pesar de ello -y de las advertencias- hay gente que opta por tomarse un baño para calmar un poco el calor que azota la ciudad. Una bandada de camalotes pasa sin cesar por el Paraná, transformando al río en una gran alfombra verde. Mientras, algunos clientes disfrutan de algún refresco en un bar de la rambla. La cajera del lugar le cuenta a La Capital que el fenómeno del clima aún no se ha reflejado en las ventas aunque, seguramente, lo hará el fin de semana próximo.

"La gente vio cómo está la cosa y se asustó. El fin de semana pasado no hubo problemas, pero para el sábado que viene no sé cómo va a repercutir", cuenta la empleada del bar Primavera y señala que el hecho de las lluvias no fue un problema para la concurrencia del pasado fin de semana. "La gente vino igual. Se amontonó, pero vino igual".

Uno de los encargados de este bar manifestó que el problema viene de hace ya unas semanas. "Durante el 1º de enero estuvimos vaciando la playa para poder abrir tranquilos el fin de semana. En menos de tres días se ensució todo de nuevo", cuenta y advierte que es probable que debido a este clima algunos empleados puedan quedar en la calle por la baja en las visitas a los bares de la costa. Es que la postal es impactante, con los decks de todos los bares tapados por el agua: es sinónimo de algo contraproducente en el trabajo de dichos locales.

La Capital consultó a los bañeros que se encontraban en las costas de La Florida sobre qué partes están habilitadas para el ingreso al río. "Los únicos lugares por los cuales se puede acceder es donde haya un espejo de agua libre. El resto, que está con cintas de precaución o que no posea un sector libre para pasar, es porque no se puede utilizar", aseguraron algunos guardavidas que se encontraban en una zona totalmente imposibilitada para bañarse.

 

La Fluvial. En la Estación Fluvial, en tanto, ya en el centro de la ciudad, los problemas también están a la orden del día. El servicio de lancha hacia la isla y el barco "Ciudad de Rosario", que ofrece un paseo turístico a todos los visitantes que deseen conocer a fondo el río Paraná, están suspendidos. El último viaje que hizo el barco fue el 31 de diciembre y no hay prevista una fecha de retorno.

Desde la organización de los viajes advirtieron que la fecha estimada para que se vuelva al funcionamiento normal puede llegar a ser a finales de febrero. "Primero tiene que terminar todo lo que es el pico de la crecida, después tiene que empezar a bajar y se tiene que acomodar toda la arena que se llevó", enfatizaron. Aunque, con un poco de tristeza, admitieron que "la temporada está casi perdida".

La otra cara de La Fluvial radica en los bares. El local gastronómico que se encuentra en ese establecimiento no sufrió por las crecidas ni por el estado del río, aún con los viajes del "Ciudad de Rosario" suspendidos. Tampoco padeció la merma de los viajes en lancha al "banquito" que se encuentra frente a la estación, sector muy concurrido por los rosarinos en los días de calor. Por el contrario, manifiestan que se está trabajando muy bien y que hay una buena porción de turistas que se acercan a comer todos los mediodías a la Estación; inclusive, alguno extranjeros.

Desde el sur. En la zona sur, particularmente en el sector conocido como El Mangrullo, vive Marta. Ella es otra de las personas que sufre en demasía la actitud que tomó el Paraná por estos días.

Su vivienda es una construcción de madera, muy precaria, que habita con su esposo y su nieto a la vera del río.

En estos días se sumó otra nieta a su hogar: su madre está acompañando a su hermanita, que se encuentra en terapia intensiva. A todo esto hay que sumarle que su esposo, ya retirado del trabajo, sufrió un ACV que no le permite desplazarse con facilidad.

"Hace diez años que me mudé acá. Vine de la isla", cuenta esta señora a la cual se le notan los años de trabajo. Vive con el agua casi en la puerta de su casa, aunque confiesa: "Cuando el río va y viene, el agua sube y baja por el inodoro".

El paso de una lancha provoca oleajes que mueven las barcazas que ella cuida a cambio de alguna ayuda de sus vecinos. "Vivo de una pequeña pensión y de la ayuda de algunos vecinos", dice Marta y aclara que algunas son "semanales y, otras, mensuales".

Advierte que no tiene problemas en trabajar ahí, pero que le den "una casa digna. No que nos trasladen a cualquier lado". Sobre la ayuda que recibe por parte de la provincia, comenta que "sólo traen tierra para agregar a la costa y me dan bolsas de arena desatadas. Yo no tengo edad para andar atándolas y arrastrándolas hasta la costa".

Así, la creciente empieza a modificar hábitos y genera inconvenientes. El agua sube y quienes más sufren son los lugareños.

“Llegará el día en que una sola zanahoria, observada con los ojos nuevos, desencadenará una revolución”

Paul Cézanne, pintor francés